"El fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso".- Gilbert Keith Chesterton

cuando el gobierno te da la espalda

Es fácil condenar la brutalidad e incompetencia con la que las fuerzas armadas encararon la lucha antiterrorista en la década de los 80's. Inclusive, muchos de los soldados y generales que actuaron en dicha guerra actualmente se encuentran procesados por violación de derechos humanos o mutilados y olvidados. Es verdad, como muestra en forma efectiva la película ¨La Boca del Lobo¨, que el ejército peruano actuó en forma muy incapaz e inhumana para tomar muchas decisiones en torno a los pobladores de las zonas afectadas.
Sin embargo, debemos considerar el contexto: Años 80, el terroismo aún no llegaba a Lima y la economía del país se encontraba en un estrepitoso declive. Los actos subversivos se llevaban a cabo en zonas de muy difícil acceso donde vivía gente aislada e incomunicada del resto del país.
Los ejércitos que eran llevados hacia zonas como Chuspi, muchas veces, como se muestra en la película, eran conformados por jóvenes inexpertos quienes a su vez eran comandados también por generales faltos de ¨roce de campo¨ o los que eran considerados como molestias incómodas tales como el Teniente Roca. Estos grupos antiterrosistas eran llevado sin indicaciones exactas, casi completamente incomunicados e ignorados por un Gobierno Central que en ese momento tenía mayores asuntos de qué ocuparse.
Entonces, ¿Cómo esperamos que actúen estos ejércitos inexpertos frente a un enemigo silencioso y a una población a la que las brechas culturales creaba una desconfianza y tensión mutua muy difícil de curar?
Era lógico que la desconfianza, temor y paranoia que creaba el aislamiento desencadenaría eventualemente en abusos y torturas por parte de las fuerzas armadas. Naturalmente, la indiferencia del Gobierno y las ganas de que este problema se acabe de una vez por todas, también les dio cierto poder para cometer estas violaciones de derechos humanos:
¨El análisis realizado determinó que en buena parte de la década de 1980 ha primado, en amplios sectores de la sociedad, una suerte de tolerancia y en ciertos casos respaldo a prácticas violatorias de los derechos humanos por parte del Estado, en el marco de la lucha antisubversiva, principalmente los derechos de primera generación o elementales como el derecho a la vida, la integridad y la libertad. ¨ (Jorge Acevedo Rojas)
Fue recién cuando el problema del terrorismo se convirtió en un tema nacional, cuando el Estado se volvió más crítico hacia la violación de derechos humanos, y a la vez se le dio el apoyo e importancia que merecían a las Fuerzas Armadas, por lo que este problema se pudo controlar.
Lo triste del caso es que esto ha vuelto a ocurrir, sino veamos el caso de Bagua. El Gobierno restó importancia al problema y subestimó el disgusto y resentimiento de los grupos indígenas, mandando a un grupo de policías inexpertos y con indicaciones poco claras para controlar una situación que no estab a su alcance. El saldo: Indígenas y policías muertos y numerosas denuncias de violación de derechos humanos.
A lo que se quiere llegar con esto es que los errores de las Fuerzas del orden muchas veces pasa por la ineptitud de un Estado indiferente.




Bibliografía

http://dev.rpp.com.pe/pict.php?g=1&p=/portada/actualidad/352532.jpg

http://chasqui.comunica.org/acevedo72.htm

http://www.cinencuentro.com/2006/04/18/la-boca-del-lobo-1988/

www.cverdad.org.pe/
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